¿Por qué discuto tanto con mi pareja?

Dinero, planes de fin de semana o de vacaciones, hijos, celos, mentiras, trabajo doméstico en casa o qué vamos a comer, pueden ser entre otros, motivo de grandes discusiones en una pareja.

¿Te pasa?

¿Has llegado a un punto en que discutes por todo o casi todo?

¿Sientes que cada vez que abres la boca va a acabar mal?

¿Prefieres el silencio o evitar estar con tu pareja para no discutir?

Hay parejas que se pasan el día discutiendo y siguen juntas, es como si necesitaran este alimento en sus vidas para seguir unidas, pero hay otras que entran en bucle en una situación en la cual es ya imposible mantener un mínimo diálogo sin que se produzca una erupción de palabras o acciones que nunca hubieras dicho o hubieras permitido que te dijeran si lo piensas tranquilamente. En ese instante te invade la ira, la rabia y te descontrolas…

Y esto se repite día tras día y ya no sabes cómo salir de ello.

Son momentos en los que sientes una gran distancia con tu pareja, como si se hubiera ido muy lejos de ti, de tu corazón y de tu vida y sufres, tienes miedo, te entra ansiedad, lo tapas ante la familia y amigos porque no quieres escuchar lo que te van a decir las personas que te quieren, o al revés, lo compartes con tu familia o amigos victimizándote y lloras porque no quieres estar en esta situación pero tampoco sabes cómo puedes cambiarla.

La discusión en sí, siempre que sea consciente y vaya en línea con un diálogo en el que hay escucha y se contesta desde el respeto, puede ser positiva, une más y se gana en confianza como pareja.

Pero, todo tiene un límite y el problema es cuando se discute de forma descontrolada, perdiendo el respeto al otro/a y traspasando la barrera de la dignidad del otro/a. 

Esta situación mantenida en el tiempo provoca un desgaste muy fuerte y puede llegar a ser insoportable afectando a todas las áreas de tu vida como es el trabajo, la familia, los hijos y, también afectando a tu bienestar como es dormir mal, no disfrutar de momentos en casa, descuidarte, etc.

Cómo afectan las discusiones a tu mente y a tu cuerpo.

Y es que no es solamente en el plano emocional, en tu cerebro y en tu cuerpo estas discusiones son muy perjudiciales. 

Veamos, para empezar hacen que tu cerebro se ponga en modo alerta, y biológicamente se active la respuesta de “lucha o huida” con las consecuencias que tiene en el cuerpo pero es que además, puedes tener pérdida de memoria a corto plazo, esos “lapsus” que tienes cuando quieres explicar algo y no te acuerdas, aceleración del corazón, aumento de la presión arterial, entre otros… y todo ello debido al estrés que sufres durante la discusión, sin olvidar el gran cansancio que te deja ya que este tipo de situaciones desgastan mucho.

¿Realmente vale la pena llegar a este punto?

¿Qué hacer o no hacer cuando discutes con tu pareja?

En una discusión de pareja es muy importante:

  • Siempre que sea posible, con la otra persona delante y evitar hacerlo por WhatsApp o por teléfono, por las malas interpretaciones que pueda haber que causan muchos problemas.
  • El sitio también es importante, sólo la otra persona y tú, en un lugar tranquilo evitando sitios como pueden ser el coche o sitios públicos.
  • Cuida mucho las expresiones y para a pensar antes de soltar según qué. 
  • Como por ejemplo, “tenemos que hablar” ya lleva al otro a adoptar de forma inconsciente una posición de defensa. Suena mucho mejor “quiero hablar contigo”, “me gustaría hablar contigo”.
  • O expresiones que denotan acusación hacia el otro como “porque tú has hecho o has dicho”, eso es empezar ya mal la conversación y pone al otro en pie de guerra. Habla siempre desde ti, sin presuponer nada del otro.
  • Tampoco ayudan nada las generalizaciones como “siempre es igual…” , “nada es verdad…”, esto son expresiones que no son realistas la mayoría de las veces.
  • Las actitudes también son importantes, como por ejemplo, cerrarse en banda a hablar diciendo “no quiero hablar o no quiero discutir…” no ayuda nada, más bien al revés, pone más tensión a la situación. Al final, vas acumulando momentos y un día explotas y es mucho peor.
  • Por supuesto, no atacar al otro, eso le cierra y solo le queda la opción de defenderse. Comunicación asertiva e inteligente así como una escucha sincera y activa serán lo mejor.
  • Que haya calma, nunca desde la impulsividad, “en caliente” ya que lo que se dice sale de la boca e impacta en el otro como un proyectil que, la mayoría de las veces, es difícil olvidar.
  • Evitar hacerlo de noche, de día la cabeza está más despejada y menos cansada.
  • Escucha, escucha con tu cabeza, tu cuerpo y tu corazón. ¿cómo puedes responder de forma sana a algo que ni siquiera has prestado suficientemente escucha y atención?
  • Cuida también tu lenguaje no verbal: los gestos dicen más que las palabras así como tu tono de voz.
  • Para antes de hablar si notas que empiezas a descontrolarte.

Si aún así la situación se desborda, una vez pase la tormenta, sé capaz de decir: 

“¿Qué es lo que nos ha pasado?”

“¿Cómo podemos evitar en el futuro que nos vuelva a ocurrir esto?” 

La comunicación es clave en una relación y es la que marca que dicha relación sea sana, sólida y duradera.

Te animo a que a partir de ahora prestes atención a tu comunicación y vayas anotando en un cuaderno cada vez que te das cuenta de que no te estás comunicando bien, las expresiones que has utilizado y las consecuencias de ello, de esta manera lo irás haciendo consciente y, poco a poco, irás aprendiendo a comunicarte de forma madura y efectiva.

Ahora que las tienes anotadas y ya sabes que las expresiones que has dicho han alterado más la discusión, escribe al lado de cada una cómo lo podrías decir la próxima vez para que tenga un efecto totalmente diferente.

Te dejo algunos ejemplos de frases eficaces en comunicación de pareja:

  • “Me siento mal cuando haces esto, me afecta mucho y para mí es importante” en lugar de acusar al otro y decirle que tiene la culpa.
  • “Yo lo veo de esta manera, ¿tú cómo lo ves?” en lugar de imponer tu punto de vista de inicio.
  • “Hay algo que es importante para mí y que me gustaría comentarte” en lugar de “tenemos que hablar”

Se trata básicamente de cambiar la queja por las peticiones que tengas, de pedir aclarar las cosas, y, por supuesto, sin llegar a insultos o malas palabras, las cuales son difíciles de borrar de la memoria. 

Si detectas que estás dentro de una comunicación tóxica con tu pareja, es decir, que por mucho que hables, ya todo acaba en discusión, hay insultos, ofensas, sufrimientos, lloros y eso hace que te sientas muy mal, la solución pasa por ver exactamente qué está pasando y empezar a tomar acciones como son: poner límites, respetarte y hacerte respetar.

Aprende a comunicarte de forma asertiva, expresando tus opiniones, sentimientos, ideas, etc… sin perder el respeto. 

Es cuestión de práctica para reprogramar una forma de comportamiento, igual que aprendiste el comportamiento que tienes ahora y que ves que no te da resultados positivos, puedes aprender en cualquier momento a comunicarte mejor, sin dañar al otro pero expresando lo que quieres. 

Si quieres triunfar en tus relaciones personales, ya no solo de pareja sino de cualquier tipo, familiares, laborales, pareja, etc., te recomiendo mi nuevo curso sobre “Comunicación Sana” en el que podrás aprender recursos para moverte en todos los ámbitos. Puedes acceder desde el siguiente enlace:

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Si quieres una atención más personalizada y revisar qué está pasando en tu comunicación con tu pareja y  por qué estás discutiendo tanto, te invito a contactar conmigo para reservar una entrevista en la que te contaré cómo es un proceso para comunicarte eficazmente. Te espero.

Con amor y serenidad ✨💫,

Lina

Si tienes algún comentario, sugerencia o duda, puedes enviarme un mensaje a info@linaturcoach.com y estaré encantada de responderte.

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