¿Sientes que las relaciones que has tenido tienen todas algo en común y que acabas repitiendo lo mismo sin saber por qué?
¿O quizás piensas que no sabes elegir pareja echándote la culpa de tu situación?
¿Crees que tus relaciones están o han estado más llenas de ansiedad y sufrimiento que de felicidad y bienestar?
¿Te reconoces diciendo en alguna ocasión?
“Siempre acabo igual”
“Por mucho que busque no encuentro a la persona para mí”
“Al final siempre me decepcionan”
¿Te ha pasado que empiezas una nueva relación donde todo parecía ideal y maravilloso, casi irreal… y de repente, te encuentras, otra vez, con lo mismo?
Y lo que sientes puede ir desde la frustración, desesperanza, desilusión, autocrítica, desconfianza, sensación de fracaso constante -e incluso plantearte si mereces tener una relación de amor o no en tu vida-, hasta llegar a la resignación y un agotamiento emocional enorme por enfrentarte repetidamente a los mismos problemas (o parecidos) en tus relaciones.
Puede que te haya ocurrido que, una y otra vez, hayas encontrado personas como pareja con características similares o hayas vivido historias conflictivas que se repiten a lo largo de tus diferentes relaciones de pareja y hoy en día te encuentres atrapado/a dentro de un ciclo que te hace sentir inmovilizado/a.
Y la pregunta que te haces es:
¿POR QUÉ SIEMPRE ME PASA LO MISMO?
Y desde ahí buscas respuestas e intentas comprender sin éxito lo que te pasa en tus relaciones.
Si estás en esta situación, puede que hasta hayas pensado que ya no quieres intentarlo más, que hayas caído en la resignación ante la posibilidad de encontrar un compañero/a de vida ya que las situaciones negativas que has vivido han podido sembrar en ti la duda y el miedo a que pueda ser de otra manera.
Las consecuencias de vivir dentro de este ‘bucle’ son de un gran desgaste a nivel emocional y un alto porcentaje de posibilidades de acabar en relaciones tóxicas, conflictivas o poco saludables.
Se trata de un tipo de relaciones obviamente insatisfactorias con la consecuente sensación de frustración y baja autoestima pudiendo llegar a la ansiedad y a la depresión en algunos casos.
Los efectos de esta situación son principalmente:
· Miedo al fracaso
Tienes miedo a repetir de nuevo el mismo patrón en futuras relaciones y eso hace que te paralice y no avances.
Te preguntas:
“¿Para qué intentarlo si siempre terminas igual?”
Y tu pensamiento está en:
“No quiero sufrir de nuevo, otra vez…”
· Defensa emocional
Adoptas una actitud defensiva para protegerte y así evitar el sufrimiento y actúas de una manera poco natural e incoherente con lo que realmente eres y sientes.
Expresiones que denotan que has puesto en marcha tu mecanismo de auto protección son:
“Solo/a se está muy bien, así no sufro”
“No necesito a nadie para ser feliz”
“Nadie quiere comprometerse”
· Decepción hacia las relaciones
Ha sido una decepción tras otra y eso ha hecho que caigas en la desilusión, incluso puede que ya ni quieras creer en una relación de amor duradera o verdadera y entre tus pensamientos o expresiones están:
“Todas las relaciones son iguales y fracasan”
“El amor verdadero no existe”
· Conflicto interno
Tienes una lucha interna en la cual hay una parte de ti que quiere tener pareja, y otra parte que tiene miedo a volver a intentarlo y fracasar recordándote todo lo mal que lo has pasado cada vez que se ha terminado una relación.
Ahí es cuando te preguntas si estás listo/a para tener una nueva relación y vas posponiendo el hecho de actuar en esa dirección, pero la verdad es que sientes en tu interior un vacío, hay algo que falta y te gustaría que estuviera en tu vida y es esa sensación de estar bien acompañado/a y compartir el día a día de forma sana.
· La esperanza
Y es que puede que te haya producido mucho daño todo lo que ha pasado, sí, es verdad, pero…a pesar de las caídas, las heridas, el miedo, etc., hay una pequeña parte en el fondo de ti que sí quiere encontrar el amor, que sí quiere encontrar a esa persona con la que compartir el camino de vida y te dices:
“A pesar de todo lo vivido, dentro de mí seguiré creyendo en el amor”
“Puede que algún día encuentre a alguien que realmente valga la pena”
O cuando conoces a alguien, piensas:
“Es posible que esta persona sea diferente”
Cuando repites la misma historia una y otra vez, puede que te encuentres dentro de ‘un bucle’ probablemente inconsciente cuyo origen esté en tu propia historia personal.
El psicoanalista inglés John Bowlby desarrolló en la década de 1950 la teoría del apego en la que dice que las personas seguimos en la edad adulta los patrones de relación que aprendimos en la infancia y todo ello o en gran parte sin darnos cuenta.
Aprendiste por repetición, o bien por verlo en tus progenitores/personas referentes cuando eras pequeñito/a, o bien por hacerlas en ese entorno.
Las relaciones que había entre los miembros de tu familia cuando eras niño/a, los roles asignados, cómo se llevaban tus padres entre ellos y contigo, así como otras personas que pudieron ser significativas para ti en tus primeros años de vida y los sucesos o eventos traumáticos según cómo los viviste, influyen directamente en la forma en que percibes en tu época de vida adulta las relaciones y en cómo te relacionas con los demás.
Es en tu infancia donde se va construyendo gran parte de la forma que tienes de ver el mundo y aprendes principalmente de tus padres que son, cuando eres niño/a, tus grandes referentes en la vida.
Ahora desde el adulto que eres ya tienes otro nivel de comprensión, pero cuando eras niño/a, lo que viste y sentiste con relación a ellos es como aprendiste a gestionar y a gestionarte en la vida.
De esta manera, todo lo que quedó sin resolver en el pasado con esas personas referentes puede generarte una tendencia a seguir repitiéndose en situaciones similares en tus relaciones adultas.
Por ejemplo, si te tocó una familia donde se gritaba mucho cuando había conflictos o enfados, es muy probable que también sea la forma que tienes de gestionarlos tú, o al menos cuando te sacan de quicio; o puede que sea justo al revés, que tus padres discutían mucho delante de ti, eso a un niño/a normalmente le hace sentir muy mal, incluso culpable y hasta puede que sintieras miedo y ahora en tu época adulta te cuesta expresarte cuando hay un conflicto o lo evitas a toda costa.
Evidentemente, estás en un patrón aprendido que sí es posible cambiar y así interactuar de forma diferente en tus relaciones personales.
En realidad, los estudios dicen que tienes una tendencia a relacionarte con parejas de forma bastante similar a como aprendiste a hacerlo con tus padres en tu infancia ya que fueron las primeras personas en tu vida con las que creaste lazos emocionales.
Por tanto, si dichas relaciones fueron sanas y positivas, así serán tus relaciones de pareja y si, por el contrario, fueron negativas o viviste carencias emocionales, tendrás una tendencia a estar condicionado/a a lo largo de tu vida por estas circunstancias y a tener, o bien, patrones de comportamiento repetitivos de lo que viviste en el hogar familiar en el ámbito de la pareja, o bien de hacer justo lo contrario para demostrarte a ti mismo/a que es posible hacerlo mejor con el consecuente desgaste.
Y así puede ocurrir que conoces a una persona que te parece distinta, ideal y maravillosa, en principio, porque todavía ninguno de los dos ha mostrado 100% su realidad pero… hay un momento de la relación en la que pasa algún acontecimiento o suceso que provoca que ambos o uno de los dos conecten con ‘sus asignaturas pendientes del pasado’ y se activan los mismos miedos e inseguridades que había en la infancia y, por tanto, la respuesta también será la misma que dabas o daba en la infancia la otra persona ya que es la que ha quedado grabada en esa primera etapa de vida.
Cuando llegas a este punto de la relación, es cuando también llega la decepción con tu pareja porque empiezas a verle o a verla muy diferente a como la conociste inicialmente.
Esa es la diferencia y lo que ha cambiado en tu relación y eso es importante porque te está mostrando algo de él o de ella, pero también algo de ti que también está pendiente de ser ordenado en tu vida para poder tener unas relaciones sanas.
Ten en cuenta que este tipo de movimientos son inconscientes, prácticamente imperceptibles al inicio de la relación de pareja y a medida que ésta va avanzando, se van haciendo algo más visibles y puedes empezar a enlazar y ver las similitudes.
Evidentemente si tienes temas sin solucionar del pasado, de tu infancia, y aparece una persona en el presente que actúa de forma similar como alguien de tu pasado, aunque sea de forma muy sutil, eso te va a conectar inconscientemente con esos momentos de tu pasado, te va a llevar constantemente a hacer un viaje hacia atrás en tu vida y eso lo vas a ver reflejado en tus reacciones, en tus respuestas, es decir, te darás cuenta de que estás actuando igual que lo hacías cuando eras pequeño/a y entras en una rueda que no es fácil detectar ni salir pero sí posible siguiendo un proceso y acompañamiento adecuado.
Te propongo que pares un momento y pienses en algo que no te gustaba de alguna pareja que has tenido o que tengas, algo que te molestaba mucho o incluso te sacaba de tus casillas:
- ¿Lo tienes?
- Siéntelo
- ¿Cómo te hacía sentir?
- ¿Cómo era tu respuesta?
- ¿Quién más en tu vida te hacía sentir así cuando eras pequeño/a?
- ¿Cómo era tu respuesta con esta persona de tu infancia?
- ¿Qué conseguías respondiendo así?
- ¿Podrías reaccionar de otra manera?
- ¿Cuál es tu conclusión?
De ahí la importancia de hacer conscientes estos patrones inconscientes para desbloquearlos.
Todo esto que aprendiste lo puedes desaprender, sustituyéndolo en su lugar por otra manera de relacionarte.
Resumiendo, si bien es verdad que desde que naces vas metiendo en ‘tu maleta de vida’ patrones mentales que te condicionan de forma inconsciente tus relaciones sentimentales, también es verdad que en el momento que los haces conscientes y los cambias, cambia todo tu mundo de relaciones volviéndose mucho más equilibrado, pleno y armónico.
“Merezco ser feliz en el amor”
Para poder cambiar dichos patrones es necesario trabajar desde una mirada consciente y también desde los aspectos inconscientes de la persona.
Te propongo unos primeros pasos muy efectivos.
Para ello haz lo siguiente:
1. Asume tu parte de responsabilidad como en todo proceso personal.
2. Escribe en un cuaderno o diario todo lo que vaya sucediendo en tu interior a lo largo de los días y lo que vayas sintiendo con la finalidad de ir tomando conciencia.
3. Ten confianza en ti mismo/a en que este proceso es posible, por supuesto, quizás no sea el más fácil del mundo, estamos hablando de cambiar programas que llevas desde hace no sé cuántos años y no se cambian de la noche a la mañana, pero sí lo vas a conseguir siguiendo una metodología adecuada.
4. Amplía tu mirada de forma consciente a otro tipo de personas en las que no te solías fijar hasta ahora y que sí te pueden aportar muchas cosas buenas.
5. Cuídate mucho, a ti y a tu autoestima ya que si te fortaleces, también te haces fuerte ante cierto tipo de patrones negativos que producen dolor en las relaciones personales.
Repetir patrones negativos en tus relaciones personales te conduce a tener relaciones no sanas
Aun así, puede que las heridas emocionales que llevas arrastrando y estos patrones que has ido repitiendo a lo largo de tu vida te hayan dejado bastante exhausto/a y con una profunda marca en tu auto confianza para establecer y mantener relaciones sanas y te vaya muy bien tener un acompañamiento profesional para liberarte de lo que te mantiene atado/a a un pasado que no te suma en tu vida.
Dentro de mi metodología, una de las técnicas más efectivas y poderosas para desbloquear estos patrones repetitivos y abrir la puerta a poder disfrutar de unas relaciones más satisfactorias y plenas es la Terapia Sistémica.
Esta técnica fue desarrollada por Bert Hellinger y analiza las dinámicas familiares y los vínculos entre generaciones para:
- Observar y comprender tu sistema familiar en un espacio seguro.
- Identificar patrones inconscientes que afectan a tus relaciones actuales obteniendo una comprensión más profunda de la situación.
- Cerrar duelos no resueltos.
- Reconocer y dar su lugar a ciertas lealtades familiares resolviendo y transformando conflictos pendientes y abriendo nuevas posibilidades para ti.
- Aceptar partes de ti que hasta ahora no eras consciente lo que permite tener una relación más completa contigo mismo/a y con los demás.
- Sentir cómo te liberas de patrones que llevabas arrastrando y te estaban perjudicando.
La Terapia Sistémica es una herramienta muy valiosa en un proceso de transformación personal para desbloquear el ciclo de repeticiones en relaciones personales de forma rápida y eficaz abriendo la puerta a relaciones más saludables.
Si ahora que has leído este artículo, sientes que has estado en tu vida dentro de este ciclo de repeticiones y que ha llegado el momento de salir definitivamente y vivir tu vida de otra manera en cuanto a tus relaciones personales se refiere, contacta conmigo y te acompañaré en este proceso para que puedas dar un giro y, por fin, sentirte bien en todos los aspectos de tu vida, con especial foco en tu vida sentimental.
Un abrazo,
Lina
Si tienes algún comentario, sugerencia o duda, puedes enviarme un mensaje a info@linaturcoach.com y estaré encantada de responderte.
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